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miércoles, 26 de mayo de 2010

La posibilidad de lo utópico. Pequeño punto sobre la evolución y la política.

Dentro del marco de un principio, un desarrollo y un final, la utopía debe interpretarse como un fin, considerarla como principio o como parte de un desarrollo es tan ilógico como impertinente. Sin embargo, una idea tan esplendida, suele tomarse a la ligera. En momentos muy significativos de nuestra historia, como ocurre hoy, hemos engrandecido los egos de los llamados "intelectuales" y otros mesías que pretenden alcanzar utopías para el mundo, también hemos sido testigos de los beneficios que sabemos obtienen, digamos, “aquellos”. La pregunta es ¿Qué es ser un verdadero político? No pretendo dar la respuesta aquí, solo la estoy, digamos, buscando. Un verdadero líder político, si no ha de ser un hombre de ciencia, al menos debería poseer tal actitud, debe buscar la verdad (en la solución de las necesidades de sus coterráneos) y no el propio beneficio, material o intelectual, y menos aun cuando este supone una forma imponer su propia interpretación de la realidad. Ha de ser más que un simple intelectual experto en manipular la información que posee; es un hombre que tiene como destino aprender a “ver el fin desde el principio”.
Solo observemos la realidad del universo en el que habitamos. El hecho irrefutable de la evolución es una evidencia inobjetable de la necesidad de su utilización en la interpretación de la realidad, siempre evolutiva, lo cual nos indica, en el sentido de lo que implica una idea utópica, que alcanzarla depende directamente de un proceso que esta nada mas que bajo nuestra responsabilidad, ya que (a diferencia de la evolución natural), aquí participamos del mecanismo de esta técnica evolutiva universal, cuya característica fundamental es que está condicionada tanto espacial como temporalmente. Esto significa que toda evolución en la cohabitación de los terrícolas en la tierra, y así también las mutaciones consecuentes, dependen de un proceso evolutivo de desarrollo de la sociedad humana a nivel local y planetario que, necesariamente tenderá de forma natural hacia un estado de equilibrio que podría compararse con nuestras ideas de una utopía. Pero también se hace evidente (y para eso al supuesto lector le bastará con revisar nuestra historia) que cualquier forma de forzar o imponer esta utopía resulta mas que peligrosa y atrevida, considerando el lento pero seguro caminar de la naturaleza y de la universalidad de las leyes evolutivas, así como las consecuencias funestas con las que nos encontramos cuando caminamos en su contra. Lo que podríamos considerar con mas mesura en todo esto es que la evolución no da saltos; es cierto que en algunos lapsos de tiempo se cumplirán ciertos ciclos que se manifiestan en la forma de mutaciones, nudos en nuestra historia donde la civilización que conformamos los humanos llega a un fin que implicará en sí mismo el comienzo de otro.
Es por esto que se hace inadecuado caer en la tentación de la imposición de gobiernos utópicos. Los gobiernos comunistas, por ejemplo, nos han demostrado que la idea de imponer una utopía siempre resultara ser un proyecto contracorriente (o contra natura), y la idea que ha mantenido estas situaciones puede ser que nos hemos enfrascado en la ilusión de que es el otro el que no nos permite ser felices, y posiblemente no es así. El mundo es así, tiene una forma en que funcionan las cosas y otras en la que no, simplemente, y encontrar esta forma es nuestra responsabilidad como humanos. Si esto es así, se hace claro que pelear y quejarnos no son más que meras opciones propias de la sensibilidad y debilidad humana, y por lo tanto, imposibles de tener en cuenta seriamente cuando del gobierno de los pueblos se trata. Un buen gobernante, y mas por estos días, debe comprender no solo que su país es un pedazo de tierra dentro del planeta Tierra, y que las cuestiones del universo que se manifiestan en todas las partes que conforman esta totalidad, suponen cierto acomodo con cierto orden predeterminado de las cosas impuesto a través de la naturaleza misma del universo en el que vivimos, y que por lo tanto la actitud mas inteligente de todo país, y aun mas la de uno en desarrollo, es la de ser alta y apropiadamente adaptativa, lo que en nuestra realidad es una adaptación a las evidentes tendencias de desarrollo de las naciones unidas del planeta, que no de la ONU, sino de todas las naciones que de hecho pueblan el planeta.
Un gobernante conveniente a nuestros intereses debería comprender que la globalización no es ni un “invento de alguien“, ni una especie de “enemiga de la humanidad“, sino mas bien un hecho natural de la evolución de la civilización, y centrarse en la tarea, inmensa claro está, que denota lograr una correcta adaptación de la nación al nuevo modelo de socioeconómico que, lejos de haberse establecido, hoy está en pleno proceso de manifestación hacia alguna “mutación” desconocida del orden mundial, lo cual explicaría el porqué somos testigos da la ya oficialmente actualizada “crisis global”, que no seria mas que un momento de desorden, de caos que precede al acomodamiento adaptativo que llevará (en la medida de nuestra tendencia a oponernos), a la estabilización del orden que podrá, como ninguna otra alternativa, inaugurar cualquier nuevo tiempo posible donde reine la paz y la alegría, o lo que algunos gustan de llamar “la época dorada”.
Antes de intentar llegar a este estado utópico, nos vemos en la necesidad de comprender el “como es que se hace” esto, cual es la mejor opción que tenemos, y dada la polarización mundial, y diversidad de matices del pensamiento humano compartiendo un espacio sustrato establecido entre dos polos, tendremos que llegar a un acuerdo universal, que permita a la humanidad unirse en busca de esta meta, que siendo mas justos, representa una forma de unificación universal que busca la naturaleza y que el ser humano puede establecer por mera conveniencia, eligiendo entre atenuar los efectos de las crisis o resignándose a la perdida de tiempo y al desgaste que implica oponerse a las leyes que se evidencian detrás del establecimiento y desarrollo natural a los grupos humanos. También implica que debemos utilizar al máximo nuestras posibilidades depositadas en los potenciales intelectuales y morales de los individuos que demuestren estar mas capacitados para estas nobles tareas, y en este trabajo cada nación tiene su parte, ni mas ni menos que las demás, porque habitamos todos en el mismo planeta, donde nuestra totalidad depende de la acción convenientemente coordinada de las partes.
Ahora, ¿hacia donde vamos efectivamente? Esto es Colombia. Actualmente, los candidatos a la presidencia de la República de Colombia, mi patria, se hayan enfrascados en la tradicional lucha animal por el poder que implica el ejercicio del sufragio universal, que aquí, mas que un encuentro de ideas que luchan por imponerse dada su pertinencia adaptativa a la realidad, está mediada mas por las popularidades de las personas de los candidatos, y no necesariamente en la validez y conveniencia de sus propuestas respecto al manejo de los intereses del país. Lo cierto es que difícilmente puede encontrarse algo de claridad en las propuestas, que no pasan de ser aceptables trabajos de un universitario promedio en la mayoría de los casos, donde se expresan muchas ideas obvias, algunas bastante pertinentes, pero ningún proyecto metódicamente justificado suficientemente para ser considerado particularmente como una solución. Por esta razón es demasiado aventurado concluir que haya un candidato mejor que otro, no creo que nadie este absolutamente seguro en este sentido, pero a todos nos gusta pensar que así es. Es lo mejor para el ego. Pero las mejores ideas no son necesariamente las más populares. Los colombianos, particularmente (sin decir que sea diferente en el resto del mundo), parecemos apoyarnos en las interpretaciones apresuradas y prejuiciantes de las apariencias que un examen prudentemente analítico y sin prejuicios de la relación entre los asuntos por resolver y los métodos por medio de los cuales los resolvemos podría develar.
Mi invitación también seria a “aprender a pensar”, pero sin convencernos de que ya hemos llegado a algo, cuando todavía lidiamos con los mismos problemas. Del mismo modo, no podemos estar convencidos de aquello que no hemos probado de alguna manera. Mas conveniente seria establecer como proyecto conjunto la búsqueda de este orden, con el objetivo de ir encontrando, poco a poco, los métodos que nos llevarán al “como” lo logramos. La labor de la ciencia, y esto debería tenerlo claro todo gobernante, es el “como” y así debería ser para cualquier líder mundial, que sin necesidad de ser científico cuenta con las potencialidades inherentes a su población. Uno puede suponer que una forma de superar el desempleo es poner a trabajar al pueblo, el problema es el “como” y si nuestra propuesta soluciona el problema, y no es simplemente otra propuesta mas con la que se intenta “probar”. ¿Por qué entre tantos inventos de los genios de nuestra historia, nadie ha podido resolver estos interrogantes? Porque son fundamentales y por lo tanto objetivos vitales del plan, fin o propósito universal, si suponemos que existe uno detrás de la evolución universal, y que mediado por esta técnica del universo, este busca su propia satisfacción.
Si para puede servir el poder es para propiciar desde tal posición privilegiada, cuando estamos en ella, las herramientas para que nuestros conciudadanos tengan lo que se necesita para hacer posible encontrar estas soluciones, que están ahí, como potenciales dispuestos a ser descubiertos y utilizados en pos de la humanidad, como quiera que esta se manifieste. No podemos seguir convencidos de la supremacía de ningún viejo método o idea, nada en el ser humano es infalible, lo cual podríamos encontrar mas como un lujo del hombre, pues significa que sus oportunidades de crecimiento exponencial son casi ilimitadas. Es digno de considerar entonces, como esta forma de comportamiento tipificable de la vida humana a través de su historia, parece tener lugar, como parece ocurrir con todo, sobre algún tipo de estructura fundamental de la realidad que se impone de la Totalidad a las partes, y que determina tanto el inicio, desarrollo y fin, que se representaría, de alguna forma bastante coordinada, en el escenario de la, hoy en crisis, civilización humana, en un momento donde mas que una bonita idea, la imagen ineludible del Uno se impone.

jueves, 11 de febrero de 2010

EL POR QUÉ DE LA TETRAKTYS.

Muy brevemente. La Tetraktys es un concepto pitagórico, muy oscuro, debido al desconocimiento generalizado respecto de su existencia y significado. Hace diez años me gradué como Psicólogo, pero mi obsesión por la filosofía me llevó, para no alargar la historia, a construir una Teoría Unificada de la Realidad, una Teoría del Todo. Descubrir la Tetraktys significo el encuentro con un modelo de manifestación de la Realidad, que si aquí se escribe con mayúscula es porque nos referimos a la Realidad de la Totalidad. Si, hay un modelo que pudiera describir nuestra realidad en todas sus fases, y es este, la Tetraktys, venerada por Pitágoras como sagrada, en los mismísimos comienzo de nuestra civilización, al menos, de nuestra filosofía.

Es simple, de ahí su belleza, pues esta basada en el numero, y Pitágoras ya precognizaba, que un modelo de la Realidad debería ser lo mas simple posible. Al sumar 1+2+3+4=10 se reencuentra la unidad en el cuatro, por lo cual EL Cuarto debería marcar el final de un ciclo. No voy a extenderme en esto, pero va así. Todo comienza con Uno. El Uno, que antes que exista el Dos, es El Único. Una sola realidad, no hay dualidad mas que de manera potencial, ya que si podemos abogar por ella significa que antes existió “de alguna forma”. Los pitagóricos llaman a esto Antagonismo por Potencialización, la dualidad existe de forma potencial en el Uno, lista para hacerse actual. El Uno es el origen de todo, a saber, del Dos, en primer lugar. Dios es Uno. Su posterior paso, el Dos, define el camino para la Creación, con la dualidad que le caracteriza. El Demiurgo (Dios), que es Uno (Único, una sola realidad perfectamente unificada), da pie al Dos (la Creación, la materia, la dualidad energética del universo). Hasta aquí, tenemos la preponderancia de lo dual, polarización de dos fases de la realidad que se manifestaran en todos y cada uno de los sistemas grandes o pequeños, evolutivos por demás, propiciando en principio la aparición de la energía en sus aspectos positivo y negativo, llegando hasta las pobres concepciones primarias de la civilización, que intentaran enmarcar todo como bueno o malo. Es muy adecuado que el lector complete esta idea con su propia imaginación, para no correr con la tentación de decirlo todo.

Entre los contrarios se produce una tensión en aumento, que propicia la aparición de un Tercero, cuya finalidad es la de desanudar esta tensión. El Tercero trae equilibrio, es neutro, por así decirlo, tiene la virtud que expresaría Aristóteles como el justo termino medio, pensamiento que podemos rastrear desde Pitágoras y claro, pasando por la Academia Platónica. Desde la perspectiva del universo evolutivo, donde el Nivel Dos nos muestra una materia que se organiza, una búsqueda del orden a partir del desorden, que llega a producir vida, que como sabemos, tiene también el potencial para la aparición de la autoconciencia, seres inteligentes capaces de tomar decisiones y elegir entre los dos polos, y con la experiencia que le dará el tiempo, hallar la conveniencia del justo punto medio. El Tercero es la aparición de la mente autoconsciente diferencia de la mente de dios, ya que es evolutiva, depende del tiempo y esta condicionada por el espacio. Es así, dado que 10.000 años después, aun no hemos podido encontrar este sano equilibrio, hoy en día, el mundo polarizado parece debatirse en una guerra por saber quien tiene la razón , si la izquierda o la derecha. Se hace justo dar el paso del Dos al Tres.

Para Pitágoras, el círculo se cierra en el Cuatro. Pero no es “otro mas”, sino el mismo Tercero, dando el paso hacia un nivel superior. Me explico. La aparición del Tercero tiene un fin, como hemos dicho, que es lograr el equilibrio en un sistema polarizado y perverso. Su aparición demarca el tercer nivel, pero al Cuarto se llega con el logro, que no es otra cosa que la Unificación del todo, en el nivel de la civilización humana, la Unidad Universal. Ahora tal vez sea mucho mas claro lo expresado en mi primer blog sobre el conflicto mundial. También nos da una luz para observar mejor, y poder interpretar los movimientos que tantos nos inquietado de la historia reciente. Que el mundo avance tan rápidamente hacia una polarización tan extrema como peligrosa, solo nos puede advertir de la necesidad de ser terceros, de la imperiosa búsqueda por el Cuarto que debemos dar. No podemos satanizar al mundo, la globalización no es un invento de nadie, es solo una manifestación de lo que vendrá, necesariamente, y lo que debemos prepararnos. Si vivimos en un solo mundo que tenemos que compartir, debe haber un fin para toda esta novela. ¿Cuál es nuestro papel en ella, de que actuaremos? No es predeterminación, porque la aparición del libre albedrio y la autoconciencia en el nivel Tres de la evolución universal tiene como fin necesario la necesidad de aprender a decidir, nadie lo hace por nosotros. Pero ciertas cosas serán por siempre inevitables, y o único que nos queda al final, es tener la fe de que todo tiene un sentido, y que todos tenemos un papel que jugar en esto, en la búsqueda, primero, de la Unificación de la personalidad, según, en la Unificación de la unidad. Piénsalo, no existe otra solución.


miércoles, 10 de febrero de 2010

Sobre El Conflicto Mundial

Pienso que nos ha llegado la hora a todos nosotros, a los países del mundo, de tomarnos en serio la posibilidad de organizarnos, y tras una unificación de criterios naciente en un consenso generalizado, actuar. Y creo que se trata más de una cuestión de necesidad, si sabemos interpretar los signos que también son evidencias del desarrollo de nuestra historia.

Hemos sido testigos de la dinámica natural del orden global, de su origen y desarrollo, así como de su actual momento de crisis. Es la evolución de la raza humana, de la civilización, una etapa critica de esta. Lo que observamos es como las especies humanas evolucionan dentro de un planeta como el nuestro. La evolución y el desarrollo son inevitables, ya que la naturaleza tiene de sobra la materia prima necesaria para esto: tiempo. Nosotros, la raza humana, no contamos con esa ventaja. Llegado el momento, el orden siempre se impone, la estructura fundamental se manifiesta en el todo, lo potencial se vuelve actual, en busca de orden que precogniza necesariamente un conflicto. Muchos lo desconocen, aun a sabiendas, pero el conflicto que vivimos llevamos viviéndolo el mismo tiempo que conocemos de nuestra historia, porque nunca ha dejado de existir, y tal vez solo haga una diferencia que ahora sea tan evidente; el conflicto actual, político, económico, ético e intelectual, en todas las fases, nos habla de lo que somos y siempre hemos sido.

Revisemos nuestros fundamentos y orígenes, y lo que notaremos es que el mundo está y ha estado fundamentalmente dividido en dos bandos, y digo “fundamentalmente” porque esta dualidad esta en la base de lo que somos realmente. Somos seres duales. También el mundo es dual. Filosóficamente, la gente podría dividirse entre los que creen en Dios, aun un Dios de la lógica o explicable por la razón, y los que no, por la razón que sea. La consecuencia de esto es que existen solo dos formas que puede tomar La Realidad. No serian necesarias más diferencias para explicarnos, y con esa debería ser suficiente, ya que como hemos visto, de la intervención divina partiría una forma de ser de la Realidad y de la otra una versión opuesta. En último término, en una versión la realidad existe, en la otra no. Los realistas postulan que existe un orden que antecede al ser humano, y sus contrarios (los inmanentistas, irrealistas, también escépticos y ateos) que este orden lo hemos puesto los humanos, que la realidad existe porque si, que es una creación de la mente. La dicotomía parece ser una cuestión fundamental en la naturaleza, y la naturaleza humana ser solo una fase más de esta manifestación en el universo maestro de la realidad. Estas dos versiones de la realidad, a su vez, determinan dos formas fundamentales y a la vez contrapuestas, polarizadas, radicales, de ver e interpretar el mundo, así como dos formas de acceder a él, dos formas de disfrutarlo, dos formas de gobernarlo y apoderase de él. Así como tenemos dos manos, así las ha tenido nuestra historia, una historia de desarrollo, evolución y progreso a través del sufrimiento, la injusticia y la traición a la humanidad misma.

El inconveniente natural con esta dicotomía de contrarios es que crea un conflicto que permanece en el tiempo y que aumenta a medida que el desarrollo humano se vuelve más complejo y se contempla ya a nivel mundial. Lo positivo es que nos alienta a la acción, patrocina el desarrollo, la evolución misma; y esto es hasta que la tensión llega a tal punto que suscita la aparición de un tercero, que ponga remedio al conflicto. Una cuestión de necesidad, de encontrar una conclusión al problema, y esto es, la búsqueda de la unificación universal, mediante la accion. La naturaleza, en esto, demuestra que puede autoregularse, pero la autoconciencia y el libre albedrio, la presencia del yo, son incompatibles con este tipo de regulación. Nosotros somos los seres de la naturaleza menos naturales, pues a diferencia de los demás animales y de todas las especies vivas, nosotros decidimos. La naturaleza no toma decisiones por nosotros, nosotros lo hacemos, cargamos con esa responsabilidad. En consecuencia, cuando conscientemente, no cargamos con esa responsabilidad, nos manifestamos contra natura, y observamos y vivimos las consecuencias. La llegada del tercero que anuncia la Tetraktys no es un salvador ni nada por el estilo. El ser humano en equilibrio, la civilización humana en proceso de unificación, siguiendo todos una misma idea a partir de un consenso inteligente, ese es El Tercero, porque de sus decisiones depende el futuro del mundo, o sea, su propio futuro.

Y hasta la llegada de este tercero, esperar que el conflicto desaparezca es inútil. La única opción es encontrar este tercero, este punto, donde lo realista y lo irrealista se fusionan encontrando el acuerdo que a todos nos haga felices. En este momento, la humanidad hara su paso del Tres al Cuatro, del tercer al cuarto nivel de la Tetraktys. El paso del Dos al Tres es el paso de la conciencia meramente animal a la autoconsciencia volitiva humana. El ser humano, como producto manifestado de la realidad es autoconsciente, pero en este momento esta autoconsciencia es un atributo que debe buscarse de manera colectiva, debe establecerse a través del consenso de las mentes y las voluntades que encuentran un punto común con el que se identifican. Ya no se trata de la realidad de un ser humano autoconsciente, sino de la necesidad de una humanidad que se manifieste como tal, consiente de su propia y absoluta responsabilidad para con el resto del mundo. Ya no se trata de defender nuestras propias ideas egoístas, sino defender todos una misma idea, así como encontrar la forma en que esta sea una situación deseable para todos, o al menos para la mayoría. La solución deberá nacer del acuerdo entre las voluntades de todos identificados con un mismo ideal. El mundo debe dar el paso del Dos al Tres. El futuro de la civilización depende de que los seres humanos aprendamos a vivir juntos en paz y fraternidad, mediante una coordinación eficaz de nuestros potenciales individuales y colectivos.

Como hemos visto, existen básicamente dos polos en el pensamiento político, que también llamamos izquierda y derecha. Cuando el hombre busca la verdad en uno de los dos polos de la realidad, solo se engaña a si mismo y a los demás.

Vivimos en un solo planeta, la tercera roca desde el sol, no tenemos otro lugar a donde ir, y nadie puede jactarse de ser el dueño; lo queramos o no, debemos aprender a convivir todos en él, debemos garantizar posibilidades de una vida digna para todos, debemos aprender a convivir. Si somos hijos de Dios, o hijos de la madre tierra, es lo mismo, somos hermanos que vivimos en una misma casa, por lo cual deberíamos estar unidos en el amor mas fraternal, que nos conduzca a alcanzar un ambiente pacifico y lleno de oportunidades para todos. Que la buena voluntad reine por fin en todos nosotros, y nos traiga la paz.