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miércoles, 10 de febrero de 2010

Sobre El Conflicto Mundial

Pienso que nos ha llegado la hora a todos nosotros, a los países del mundo, de tomarnos en serio la posibilidad de organizarnos, y tras una unificación de criterios naciente en un consenso generalizado, actuar. Y creo que se trata más de una cuestión de necesidad, si sabemos interpretar los signos que también son evidencias del desarrollo de nuestra historia.

Hemos sido testigos de la dinámica natural del orden global, de su origen y desarrollo, así como de su actual momento de crisis. Es la evolución de la raza humana, de la civilización, una etapa critica de esta. Lo que observamos es como las especies humanas evolucionan dentro de un planeta como el nuestro. La evolución y el desarrollo son inevitables, ya que la naturaleza tiene de sobra la materia prima necesaria para esto: tiempo. Nosotros, la raza humana, no contamos con esa ventaja. Llegado el momento, el orden siempre se impone, la estructura fundamental se manifiesta en el todo, lo potencial se vuelve actual, en busca de orden que precogniza necesariamente un conflicto. Muchos lo desconocen, aun a sabiendas, pero el conflicto que vivimos llevamos viviéndolo el mismo tiempo que conocemos de nuestra historia, porque nunca ha dejado de existir, y tal vez solo haga una diferencia que ahora sea tan evidente; el conflicto actual, político, económico, ético e intelectual, en todas las fases, nos habla de lo que somos y siempre hemos sido.

Revisemos nuestros fundamentos y orígenes, y lo que notaremos es que el mundo está y ha estado fundamentalmente dividido en dos bandos, y digo “fundamentalmente” porque esta dualidad esta en la base de lo que somos realmente. Somos seres duales. También el mundo es dual. Filosóficamente, la gente podría dividirse entre los que creen en Dios, aun un Dios de la lógica o explicable por la razón, y los que no, por la razón que sea. La consecuencia de esto es que existen solo dos formas que puede tomar La Realidad. No serian necesarias más diferencias para explicarnos, y con esa debería ser suficiente, ya que como hemos visto, de la intervención divina partiría una forma de ser de la Realidad y de la otra una versión opuesta. En último término, en una versión la realidad existe, en la otra no. Los realistas postulan que existe un orden que antecede al ser humano, y sus contrarios (los inmanentistas, irrealistas, también escépticos y ateos) que este orden lo hemos puesto los humanos, que la realidad existe porque si, que es una creación de la mente. La dicotomía parece ser una cuestión fundamental en la naturaleza, y la naturaleza humana ser solo una fase más de esta manifestación en el universo maestro de la realidad. Estas dos versiones de la realidad, a su vez, determinan dos formas fundamentales y a la vez contrapuestas, polarizadas, radicales, de ver e interpretar el mundo, así como dos formas de acceder a él, dos formas de disfrutarlo, dos formas de gobernarlo y apoderase de él. Así como tenemos dos manos, así las ha tenido nuestra historia, una historia de desarrollo, evolución y progreso a través del sufrimiento, la injusticia y la traición a la humanidad misma.

El inconveniente natural con esta dicotomía de contrarios es que crea un conflicto que permanece en el tiempo y que aumenta a medida que el desarrollo humano se vuelve más complejo y se contempla ya a nivel mundial. Lo positivo es que nos alienta a la acción, patrocina el desarrollo, la evolución misma; y esto es hasta que la tensión llega a tal punto que suscita la aparición de un tercero, que ponga remedio al conflicto. Una cuestión de necesidad, de encontrar una conclusión al problema, y esto es, la búsqueda de la unificación universal, mediante la accion. La naturaleza, en esto, demuestra que puede autoregularse, pero la autoconciencia y el libre albedrio, la presencia del yo, son incompatibles con este tipo de regulación. Nosotros somos los seres de la naturaleza menos naturales, pues a diferencia de los demás animales y de todas las especies vivas, nosotros decidimos. La naturaleza no toma decisiones por nosotros, nosotros lo hacemos, cargamos con esa responsabilidad. En consecuencia, cuando conscientemente, no cargamos con esa responsabilidad, nos manifestamos contra natura, y observamos y vivimos las consecuencias. La llegada del tercero que anuncia la Tetraktys no es un salvador ni nada por el estilo. El ser humano en equilibrio, la civilización humana en proceso de unificación, siguiendo todos una misma idea a partir de un consenso inteligente, ese es El Tercero, porque de sus decisiones depende el futuro del mundo, o sea, su propio futuro.

Y hasta la llegada de este tercero, esperar que el conflicto desaparezca es inútil. La única opción es encontrar este tercero, este punto, donde lo realista y lo irrealista se fusionan encontrando el acuerdo que a todos nos haga felices. En este momento, la humanidad hara su paso del Tres al Cuatro, del tercer al cuarto nivel de la Tetraktys. El paso del Dos al Tres es el paso de la conciencia meramente animal a la autoconsciencia volitiva humana. El ser humano, como producto manifestado de la realidad es autoconsciente, pero en este momento esta autoconsciencia es un atributo que debe buscarse de manera colectiva, debe establecerse a través del consenso de las mentes y las voluntades que encuentran un punto común con el que se identifican. Ya no se trata de la realidad de un ser humano autoconsciente, sino de la necesidad de una humanidad que se manifieste como tal, consiente de su propia y absoluta responsabilidad para con el resto del mundo. Ya no se trata de defender nuestras propias ideas egoístas, sino defender todos una misma idea, así como encontrar la forma en que esta sea una situación deseable para todos, o al menos para la mayoría. La solución deberá nacer del acuerdo entre las voluntades de todos identificados con un mismo ideal. El mundo debe dar el paso del Dos al Tres. El futuro de la civilización depende de que los seres humanos aprendamos a vivir juntos en paz y fraternidad, mediante una coordinación eficaz de nuestros potenciales individuales y colectivos.

Como hemos visto, existen básicamente dos polos en el pensamiento político, que también llamamos izquierda y derecha. Cuando el hombre busca la verdad en uno de los dos polos de la realidad, solo se engaña a si mismo y a los demás.

Vivimos en un solo planeta, la tercera roca desde el sol, no tenemos otro lugar a donde ir, y nadie puede jactarse de ser el dueño; lo queramos o no, debemos aprender a convivir todos en él, debemos garantizar posibilidades de una vida digna para todos, debemos aprender a convivir. Si somos hijos de Dios, o hijos de la madre tierra, es lo mismo, somos hermanos que vivimos en una misma casa, por lo cual deberíamos estar unidos en el amor mas fraternal, que nos conduzca a alcanzar un ambiente pacifico y lleno de oportunidades para todos. Que la buena voluntad reine por fin en todos nosotros, y nos traiga la paz.

3 comentarios:

  1. Amigo mio, me he tomado el tiempo de leer tu entrada en este tu nuevo Blog.
    Sin embargo, en ocasiónes los tiempos en la internet son distintos a los de la vida real,los tiempos son mas cortos, por tanto, en los blogs se esperan entradas mas breves, que puedan atrapar al lector con practicidad sea cual sea el tema.
    Sigue el otro reto, no dejar de escribir

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  2. hmmm el señor treto tiene razón, pero de todos modos no deja de ser una buena primera entrada :)

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  3. Muchas gracias por los comentarios. los tendré en cuenta, aunque la intención es escribir, el tiempo que la gente tenga para leer dependerá de su interés, creo, sin importar si hablamos de Internet. Todo se hace con la mejor voluntad. Gracias.

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